El Alhaurino desafía al líder en Motril


Hay tardes que huelen a historia, a césped y sal marina, a esas páginas que se escriben con el pulso firme de un club que lleva más de un siglo caminando con orgullo por los senderos del fútbol andaluz. Y esta tarde, a las 17:00 horas, el CD Alhaurino volverá a presentarse en el Escribano Castilla de Motril, un escenario que conoce de sobra y donde tantas veces dejó su huella. 

Allí le espera el CF Motril, actual líder de la categoría y uno de los dos únicos equipos invictos, con un impresionante bagaje de 20 puntos, 6 victorias y solo 3 goles encajados. Pero si algo enseña la Historia, esa que el Decano del fútbol malagueño guarda en su escudo como reliquia sagrada, es que ningún líder es eterno y que los muros más sólidos se derriban con fe, coraje y un grito azulón de alma infinita.

El duelo no es nuevo. El Alhaurino ha sido testigo y protagonista de las muchas vidas del fútbol motrileño. CD Motril, Motril CF y CF Motril —tres nombres, una misma pasión— han tenido al conjunto de Alhaurín el Grande como visitante en dieciséis ocasiones a lo largo de la historia, y esta será la decimoséptima. 

En el recuerdo queda aquel 24 de octubre de 2021, cuando Zalea puso la firma al empate (1-1) con un tanto en el tramo final, o el 21 de marzo de ese mismo año, cuando el Decano asaltó el feudo granadino con un 1-2 rubricado por Manu Sarmiento y Amin, última victoria azulilla en Motril.

El balance ante el actual CF Motril es equilibrado: 8 enfrentamientos, 3 victorias, 3 empates y 2 derrotas, con 10 goles a favor y 11 en contra. Un pulso digno, heredero de aquellos choques épicos ante el Motril CF en los años dorados de la Tercera, donde el Alhaurino firmó victorias memorables como el 0-4 del 5 de diciembre de 2004 o el 1-2 del 29 de abril de 2007, sin olvidar el histórico 0-1 de 1981 ante el primitivo CD Motril. En total, 33 duelos oficiales entre ambos municipios, una rivalidad tejida con el paso del tiempo, con respeto, esfuerzo y esa vieja esencia del fútbol auténtico.

El CD Alhaurino de Francis García llega con la espina de la derrota en Torredonjimeno, un partido que dominó hasta el descanso con un claro 1-2 —tantos de Zalea y Yerai— pero que se escapó en apenas cinco minutos fatídicos tras la reanudación. Una lección dura, pero también un aviso: el fútbol premia a los que perseveran, y si algo caracteriza a este equipo es su orgullo irreductible.

Hoy, ante un rival que aún no conoce la derrota, el Decano tiene ante sí una nueva oportunidad para demostrar que la historia no se hereda: se honra. Francis García conoce bien el césped del Escribano Castilla —allí jugó en la 2002/03 con el Motril CF en Segunda B— y sabe que los milagros no nacen de la suerte, sino del trabajo, del compromiso y del corazón.

Y como símbolo de esa historia que nunca se apaga, la imagen que ilustra esta previa nos traslada al Escribano Castilla en 2008, donde el fuengiroleño Aíco, enfundado en la equipación naranja del CD Alhaurino, lucha un balón con un jugador del Motril CF. Una instantánea que condensa todo lo que representa el Decano: esfuerzo, orgullo y fidelidad a unos colores que jamás se rinden, ni siquiera lejos de casa.