El Decano se diluye en la segunda parte

El CD Alhaurino cerró su octavo test de pretemporada con derrota en el Estadio Municipal Miguel Fijones, donde la UD Melilla B remontó en la segunda mitad el tanto inicial de Samu Sánchez y se llevó la victoria por 1-2. Un resultado que dejó un sabor amargo en la afición azulilla, que vio cómo el Decano, tras una primera parte convincente, se desfondó tras el descanso.

El equipo de Francis García salió con un once formado por Galisteo; Andy, Hatim, Largo, Dixon; Lupi, Andrey, Samu y Oñate; Yeray y Zalea, y desde el inicio impuso su dominio. En apenas un cuarto de hora, el Alhaurino acumuló hasta tres ocasiones claras: un disparo de Samu que obligó al portero rival a lucirse, un zapatazo de Zalea que se estrelló en el poste y otra oportunidad del propio Samu dentro del área.

La insistencia tuvo premio en el minuto 18: una gran jugada de Yeray por la izquierda terminó en asistencia para que Samu Sánchez colocara el 1-0 en el marcador con un remate ajustado al palo. El gol hacía justicia a lo visto sobre el césped y confirmaba el dominio azulillo.

El Decano pudo ampliar la renta en el minuto 24, cuando un envío de Zalea dejó a Oñate frente a la indecisión del portero visitante, pero la acción no culminó en gol. El partido llegó al descanso con ventaja local y con sensaciones muy positivas tras un primer acto de gran intensidad.

La segunda parte cambió el guion por completo. Con los cambios (entraron Padilla bajo palos, Yago, Manu, Sergio Oliva, Juanan, Tomé, Bergillo y Raúl Sánchez), el Alhaurino perdió frescura y cedió terreno a un Melilla B que sorprendió con un inicio arrollador.

En el minuto 50, un balón colgado al área tras una falta provocó el empate. La defensa azulilla no acertó a despejar y el filial melillense aprovechó el regalo para firmar el 1-1. El mazazo descolocó al Decano, que ya no volvió a mostrarse con la claridad del primer tiempo.

El golpe definitivo llegó en el minuto 69: una rápida transición visitante, precedida de una jugada protestada por posible mano, acabó con el 1-2 que dio la vuelta al marcador. El Alhaurino lo intentó tímidamente, pero sin apenas generar peligro real sobre la portería rival.

La UD Melilla B se llevó así el triunfo del Miguel Fijones gracias a una segunda mitad en la que se mostró más ambicioso, aunque en gran medida por el bajón físico y mental de un Alhaurino que, tras el descanso, fue una sombra del equipo de la primera parte.

El Decano, que había transmitido muy buenas sensaciones durante gran parte de la pretemporada, se topa con un aviso serio a una semana del inicio liguero: la necesidad de mantener la intensidad los 90 minutos y de no desaprovechar las ocasiones claras cuando el partido está bajo control.

La parroquia azulilla salió con la misma reflexión que el cuerpo técnico: queda trabajo por hacer, pero el equipo tiene mimbres para competir en Tercera Federación. El próximo compromiso ya será oficial, donde el Alhaurino deberá mostrar su verdadero carácter de campeón.