A comienzos del siglo pasado, el “Foot-Ball” llegaba a España desde Inglaterra. En Málaga se estrenó en 1904 y apenas cuatro años más tarde, en Alhaurín el Grande, ya rodaba un balón junto a la estación de suburbanos que hoy solo queda en el recuerdo.
Allí, los obreros de la línea férrea que unía Málaga con nuestra localidad encontraron en este novedoso deporte un respiro tras la dura jornada de trabajo. Con cuerdas improvisando largueros y traviesas de vía como postes, empezaron los primeros partidos que darían vida a la historia azulilla.
El primer enfrentamiento oficial documentado se disputó la tarde del jueves 17 de septiembre de 1908, cuando el Estación de Alhaurín Foot-ball Club se midió a la AD Ferroviaria. Ese día, tras cobrar las peonadas, nació un sentimiento que aún hoy sigue vivo.
Con el paso de los años, aquel club primitivo fue creciendo y consolidándose. En 1914 adoptó el nombre de Alhaurín Foot-ball Club para diferenciarse de otros conjuntos. Y en 1930 dio un paso decisivo: se constituyó como Club Deportivo Alhaurino, dejando atrás los anglicismos pero nunca su esencia.
Desde entonces, el equipo ha sobrevivido a guerras, crisis, ascensos, descensos y a todo tipo de adversidades. Ha cambiado de campos, ha modernizado su escudo, ha visto pasar generaciones enteras de jugadores, entrenadores y aficionados. Pero hay algo que nunca ha cambiado: el orgullo de ser el Decano y de representar a Alhaurín el Grande dentro y fuera de nuestra tierra.
El Alhaurino no es solo un equipo de fútbol. Es memoria viva. Es la pasión que se transmite de abuelos a nietos, de padres a hijos. Es el eco de una explanada de tierra donde un día se improvisaron porterías con traviesas. Es la certeza de que lo humilde puede ser eterno y que lo pequeño puede hacerse grande.
Cada generación que ha vestido la camiseta azul ha sido heredera de aquel primer grupo de obreros que jugaron por pura ilusión. Y cada partido en el Miguel Fijones no es solo fútbol: es un acto de fidelidad a la historia, un homenaje a quienes encendieron la chispa hace ya 116 años.
Hoy, en este aniversario, miramos atrás con orgullo… pero también al frente con esperanza. Porque el Alhaurino no solo es pasado, también es futuro. Es cantera, es esfuerzo, es identidad. El Decano seguirá luchando en cada jornada, seguirá defendiendo sus colores con dignidad y seguirá demostrando que el fútbol, cuando nace del corazón de un pueblo, nunca muere.
¡Feliz aniversario, CD Alhaurino! 117 años de historia, de lucha y de pasión azul. Y que vengan muchos más, porque la leyenda del Decano apenas ha empezado a escribirse.