La situación del cuadro bajo la propiedad de Enrique Pastor ha sido noticia durante todo el verano. Tras su traslado administrativo, el CDU Malacitano no podrá disputar sus partidos en Málaga y, por el momento, ejercerá como local en Murcia.
El motivo, una compleja tramitación federativa y la falta de autorización para utilizar instalaciones malagueñas, derivada de un proceso de cambio de sede y de denominación que todavía no cuenta con todos los vistos buenos institucionales.
Pese a este contexto, el amistoso de hoy no es fruto de la improvisación. El compromiso se cerró la pasada temporada, cuando la empresa propietaria del CDU Malacitano —en aquel entonces también propietaria de la UD Torre del Mar— fichó a Fran Maldonado del CD Alhaurino durante el mercado de invierno.
En aquella operación se pactó una compensación económica por la ficha y, además, una cláusula que garantizaba la celebración de un amistoso en pretemporada en el Miguel Fijones contra el equipo de mayor categoría bajo la propiedad de Enrique Pastor. En este caso, el rival es el CDU Malacitano, que afrontará la campaña 2025/26 en la Segunda RFEF.
El duelo tiene, además, un cierto aroma fundacional. No es la primera vez que el campo del Decano sirve de escenario para estrenos de calado en el fútbol malagueño. Ya en 1948, el recién fundado Atlético Malagueño jugó su primer desplazamiento oficial en El Chorro ante el CD Alhaurino.
Y en 1994, tras la desaparición del CD Málaga, el Atlético Malagueño se convirtió en Málaga CF y su primer partido con esa nueva denominación tuvo lugar en el Miguel Fijones, en un encuentro que sirvió para el reconocimiento oficial del Decanato al club azulillo.
Pero la historia reciente también ha dejado al CD Alhaurino como testigo privilegiado de otros procesos de cambios de denominación y ventas de plazas que han marcado el fútbol andaluz. Recordado será en 2007 el caso del Huercalense CF, donde el Decano pasó de jugar en El Hornillo a hacerlo en el Estadio Municipal de Vícar, tras la transformación del club en CD Ciudad de Vícar. Un proyecto que se mantuvo con vida hasta 2012, año de su desaparición tras descender de Tercera División.
Aún más sonados fueron los intentos de crear proyectos que hicieran sombra al Granada CF. El primero, el Granada Atlético, cuya historia arranca en 2005, cuando el histórico Guadix CF vendió su plaza a este nuevo club. A su vez, el equipo accitano adquirió la plaza del CD Íllora, lo que provocó que aquel año el CD Alhaurino pasara de jugar en el Municipal de Guadix a hacerlo en Los Cármenes.
El caso más parecido al del CDU Malacitano se vivió con el CP Granada 74. En 2007 adquirió la plaza del Ciudad de Murcia y trasladó el equipo a Motril. Aquello supuso la sentencia de muerte para el conjunto de Almanjáyar: tras dos descensos y una mudanza a Pinos Puente, el club disputó su último partido de la historia como visitante el 10 de mayo de 2009, precisamente en el Miguel Fijones. Aquel día, el CD Alhaurino ganó 4-0 con goles de Gala (18’), Bandera (42’), Francis García (52’) y Juanillo (78’), un resultado que certificó el descenso directo y desaparición de los granadinos.
Hoy, más de una década después de aquel episodio, el Miguel Fijones vuelve a abrir sus puertas para recibir a otro “nuevo” club que pretende asentarse en el panorama nacional. El CDU Malacitano llega con la vitola de equipo de superior categoría y el reto de medirse a un Alhaurino que busca seguir afinando su puesta a punto en esta pretemporada. Un amistoso que, como en tantas otras ocasiones, podría terminar convertido en un capítulo más de la peculiar y rica historia que rodea al Decano del fútbol malagueño.