El final de la hecatombe de la desidia

En los últimos años, el CD Alhaurino vagó por una etapa sombría, como un barco a la deriva en aguas estancadas. La desidia se había apoderado del club más antiguo de la provincia de Málaga, y los ecos de sus tiempos gloriosos parecían cada vez más lejanos. Sin rumbo claro, sin proyecto sólido y con problemas económicos que asfixiaban su viabilidad, muchos temieron que la historia del Decano terminara apagándose en el silencio de la indiferencia.

Sin embargo, la llegada de Alejandro Rodríguez a la presidencia marcó un punto de inflexión. Con una visión clara y un compromiso inquebrantable, el mandatario azulillo se rodeó de un equipo directivo competente y apasionado, decidido a devolver al club su antiguo esplendor.

No solo tomó las riendas de un club necesitado de liderazgo, sino que ejecutó una auténtica resurrección institucional. Con una visión clara y rodeándose de un grupo de alhaurinos capaz, comprometido y apasionado, logró en un tiempo récord lo que muchos veían como una quimera: el ascenso del CD Alhaurino a Categoría Nacional.

Este ascenso no es solo un logro deportivo; es el símbolo de un cambio estructural y emocional. Se puso fin a una etapa de oscurantismo, desorganización y apatía. Bajo su mandato, se enmendaron los graves problemas económicos que amenazaban al club, se recuperó la confianza de la afición y se tendieron puentes con las instituciones locales.

El CD Alhaurino ha dejado de sobrevivir para comenzar a soñar otra vez. El horizonte que se abre es ilusionante, con bases sólidas y un proyecto a largo plazo. Este logro representa la culminación de un proceso de transformación profunda que ha devuelto la esperanza a la afición y al municipio

Este renacer del Decano se celebra hoy con un acto lleno de simbolismo. La directiva, encabezada por Alejandro Rodríguez, y el primer equipo serán recibidos por la corporación municipal del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande, donde ofrecerán la copa de campeones que acredita al club como líder indiscutible en su categoría.

Pero la jornada no terminará ahí. En un gesto lleno de sentimiento, tradición y agradecimiento, el club devolverá la visita que este verano realizó la patrona de Alhaurín el Grande al estadio Miguel Fijones con motivo del 50 aniversario del recinto.

En la parroquia de la Encarnación, como marca la costumbre en los grandes éxitos deportivos, el CD Alhaurino ofrecerá la copa de campeón y una ofrenda floral a su patrona la Virgen de Gracia, cerrando así el círculo de fe, fútbol e identidad local que ha marcado esta histórica temporada.

Hoy, el CD Alhaurino no solo celebra un ascenso. Hoy, se firma el final de la hecatombe de la desidia y se inaugura un nuevo capítulo lleno de esperanza, orgullo y compromiso. Porque cuando hay pasión, liderazgo y unión, hasta la noche más oscura se convierte en el preludio de un amanecer glorioso.