Héroes locales y 16 ascensos


En un rincón del sur de Andalucía donde el sol acaricia la tierra y el fútbol late con fuerza en cada esquina, hay una historia que merece ser contada con letras doradas. Una historia de pasión, sacrificio y orgullo local. En Alhaurín el Grande, cuna de guerreros del balón, se forjan leyendas que no necesitan estadios colosales ni focos deslumbrantes para brillar.​

Desde el humilde estadio Miguel Fijones, han emergido héroes que han llevado al CD Alhaurino a lo más alto del fútbol para los modestos. Nombres que resuenan en las calles del pueblo, no solo por sus hazañas en el campo, sino por su cercanía y humildad.​

Miguel Ángel Lupiáñez Gómez, "Lupi", es el estandarte de esta generación dorada. Con 4 ascensos en su haber y 365 partidos defendiendo la zamarra azulilla, su legado es innegable. Debutó como titular siendo aún juvenil, demostrando que la pasión y el talento no entienden de edades.​

David Sánchez Molina, "David Sánchez", ha sido parte fundamental en 3 ascensos, participando en 171 encuentros. Su constancia y entrega son ejemplo para las futuras generaciones.​

Raúl Sánchez De la Rosa, "Raúl Sánchez", con 106 partidos y 3 ascensos, ha dejado huella en cada jugada, en cada esfuerzo por el escudo.​

Víctor Rueda Pérez, "Víctor Rueda", ha sido pilar en 227 partidos, contribuyendo a 3 ascensos que han llenado de orgullo a todo un pueblo.​

Alejandro Guerrero Martín, "Zalea", con 271 partidos y 3 ascensos, es sinónimo de compromiso y amor por los colores.​

Estos jóvenes, nacidos y criados en Alhaurín el Grande, no solo han dejado su huella en el césped, sino que también forman parte del tejido social del pueblo. Los encuentras sirviendo copas en un bar, reponiendo bebidas en un restaurante, jugando a los dardos en un pub, vestido de centurión romano en la Semana Santa o surtiendo de productos de un supermercado. Son el reflejo del fútbol de cercanía, ese que a menudo pasa desapercibido, pero que late con fuerza en cada rincón.​

Muy pocos pueden presumir de estos 16 ascensos a Categoría Nacional y lo mejor de todo es que son nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros héroes cotidianos.​ Este es el fútbol local, el que duele en los descensos y se celebra con el alma en los ascensos. El que hemos tenido la fortuna de vivir y del fiel espejo donde verse las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.​

Porque en Alhaurín el Grande, el fútbol no es solo un deporte, es una forma de vida. Y estos jóvenes bautizados con “el agua de la Arquilla” y han vivido cientos de tardes de gloria en el Miguel Fijones son la prueba viviente de que, con pasión y entrega, los sueños se hacen realidad.